"Máquina de escribir" de Héctor Iván González, Coordinador de “La Escritura poliédrica. Ensayos sobre Daniel Sada”, Becario del Fonca en el Género de Novela. Esta es su publicación de crítica, creación y reseñas.

martes, 19 de febrero de 2008

De la Renuncia del Comandante Fidel Castro a la Presidencia de Cuba

Cualquiera de los amigos que visite consuetudinariamente este espacio se habrá dado cuenta de la clara postura anticapitalista que hay en cada uno de los textos. Sin embargo, se habrán dado cuenta de que la política ha ocupado poco espacio en estas páginas, lo cual es debido a que intento practicar una de las virtudes del anfitrión: la contención. Esto es pensado para no herir susceptibilidades de cualquier índole. Sin embargo, y siguiendo con esta idea anticapitalista, esta vez haré una excepción pues la noticia que he recibido la tarde de este martes no puede quedar al margen de estas páginas.
Obviamente, me estoy refiriendo a la renuncia del Comandante Fidel Castro de la Presidencia de Cuba, noticia que no por previsible me ha dejado de consternar. Y por supuesto, tampoco, por bien llevada a cabo, me ha dejado de preocupar con relación a los EU. Pues la presencia de Fidel en la Presidencia, además de infligir temor al enemigo, parecía dar la unidad que cualquier país necesita, especialmente si pensamos en una situación de constante acoso por parte de EU.
No dudo que el pueblo de Cuba sobrevivirá esta renuncia, tampoco dudo que los dirigentes de la Revolución sabrán sortear las zancadillas que les pondrán los países procapitalistas, pues para ellos es un constante recordatorio de que, en cualquier momento, su pueblo puede tomar el mando y acabar con la explotación y los intereses que lo arruinan. Pienso que las estratagemas de EU se agudizarán en función de liquidar el socialismo –que no es imposición de Fidel– y seguirán buscando recuperar un país que, desde un inicio, les gustó para que formara parte, como una más de las estrellas, de su bandera. Sin embargo, ante tales intentos, no dudo que una vez más el pueblo saldrá avante de las chicanadas yankees.
Desde mi fuero interno saludo la nueva etapa en Cuba, la cual contará con la experiencia de Fidel en la distancia y con los nuevos bríos de los jóvenes y no tan jóvenes que conforman el pueblo socialista cubano.
Lamento la separación del Comandante Fidel Castro de la dirigencia revolucionaria; no obstante, pienso que también es justo que descanse un personaje cuyos ánimos han rebasado la energía de su propio cuerpo. Creo sinceramente que nos deja su ética inquebrantable, su patriotismo en una época de gente sin patria, su honestidad en tiempos de truhanes y su entrega mientras impera la mezquindad.

Un abrazo al compañero que luchó por convertir este mundo de un nido de aves de rapiña en un mundo más humano, aunque en estos tiempos el término humano no sea emblema sino de fuerza explotable de trabajo.

A continuación presento una reseña sobre el libro Fidel Castro. Biografía a dos voces aparecida en la revista “Cauces” de la Facultad de Derecho.

A mediados de mayo de 2006, Ignacio Ramonet presentó en la isla de Cuba Fidel Castro. Biografía a dos voces, obra donde se publica una serie de conversaciones con el líder de la Revolución Cubana. Los encuentros se realizaron hacia enero del 2003 y concluyeron en diciembre de 2005, acumulando un total de 100 horas de largas conversaciones con Fidel.
En este diálogo, el Comandante expone brevemente una biografía personal, sin embargo es evidente que por encima de él siempre estará Cuba y su historia; lo cual nos hace pensar que para Fidel su persona es sólo la reunión de varias circunstancias propicias. Como si en sí mismo, lo primero que se tuviera que superar fuese el culto a la personalidad, al igual que si todo se pudiera sintetizar en una profética carta que desde la Sierra Maestra le escribió a Celia Sánchez “[...] Cuando esta guerra se acabe, empezará para mí una guerra mucho más larga y grande: la guerra que voy a echar contra ellos [los americanos]. Me doy cuenta que ese va a ser mi destino verdadero”[3]. Y al señalar esto repite algo que Martí escribió en una carta antes de morir: “Todo cuanto he hecho hasta hoy y haré es para impedir, con la independencia de Cuba, que Estados Unidos se extienda sobre el resto de los países de América”.[4] De tal forma que para Fidel no existe dólar que valga ni gloria que importe, en su concepción el trabajo que ha venido realizando se limita a una función ética, la resistencia y liberación de nuestros países.
Y es al paso de las páginas, renglón a renglón y palabra por palabra que se puede reconocer a un hombre objetivo con un manejo extraordinario de la lógica y que procura en sus actos principios morales; y éstos mismos son norma para los cubanos, quienes se caracterizan por ser una sociedad aparte del mundo.
En estas conversaciones el diálogo se establece sin cortapisas de ningún tipo, no hay tema que se escamotee o se evada, pues éstos se abordan ya sean históricos: los antecedentes de la Revolución –los cuales los data Fidel en 1868, y no en 1953–, los albores del poder popular, el terrorismo que efectuó EU contra la isla, el bloqueo y la ley de ajuste cubano[5]; como también los conflictos bélicos: Playa Girón, la crisis de los mísiles, el apoyo a Vietnam, al Congo contra la ofensiva de Sudáfrica, como también su relación con los grupos revolucionarios de este continente. Y sin embargo, no se dejan de lado los asuntos que más ha utilizado EU y sus aliados para minar la popularidad de la Revolución en la comunidad internacional: la pena capital, el caso Ochoa, la situación de los llamados “disidentes”, las crisis migratorias, la falsa tenencia de armas bioquímicas, el proyecto mal nombrado [Félix] Varela, impulsado por el protegido de José María Aznar, Osvaldo Payá, y la nueva oleada de secuestros aéreos en mayo y abril del 2003,[6] y por supuesto –el tema preferido de la mafia de Miami– qué pasará cuando Fidel no esté. Cada uno de estos temas son encarados con una lógica y una decisión que en su contexto gozan de toda congruencia.
También se aborda la relación con una cantidad increíble de personalidades, desde el Che, Camilo Cienfuegos, el Gral. Cárdenas, Jruschov, Kennedy, Omar Torrijos, Olof Palme, Agostinho Neto, Mandela, Carter, Carol Voitiła, Felipe González –un farsante a quien coloca en su justa dimensión–; hasta los líderes de la actualidad, Chávez, Evo y alude muy brevemente a la figura del Sub-comandante Marcos; en quien no deja de encontrar una personalidad interesante. Cabe mencionar que no considera necesario abordar el asunto con Vicente Fox, ni surge por un solo momento el nombre de quien en una mala hora fue canciller de México.
El libro es un testimonio fundamental para cualquier juicio, pues si Fidel consideró que lo mejor sería que lo condenaran por el ataque al Cuartel Moncada en un país donde morían héroes y el presidente era un criminal, y argumentó que la historia lo absolverá, primero tendríamos que establecerle cargos morales, los cuales –ateniéndonos a las circunstancias concretas– se desvanecerían a la luz de la razón. Esto no sólo porque fue de los primeros que combatió al imperialismo en este y otros continentes sino porque el capitalismo totalitario de EU y su ambición globalizadora no ha hecho otra cosa que darle la razón al Fidel de los 60s.
Fidel Castro, biografía a dos voces no es un libro terminado, su desarrollo queda en suspenso con una frase de Ramonet: “Gracias, Comandante”, de tal modo que sólo es un Libro blanco a más de medio siglo de congruencia y compromiso político. Pocas veces se puede leer obras donde, por parte de sus actores, se cuente de manera lúcida, rigurosa y detallada el desarrollo de una Revolución –como señala Fidel– que defiende principios. Esperemos que otros como Ramonet nos den la oportunidad de presenciar más demoliciones de propaganda, y que en algún momento podamos escuchar la voz propia de personajes como Mahmud Ahmadineyad (presidente de Irán), Evo Morales o de Hugo Chávez, aunque me temo que no tengan la precisión, experiencia y genio del Presidente del Consejo de Estado, Fidel Castro Ruz.
[1] Ramonet, Ignacio, Fidel Castro, Biografía dos voces. Ed. DEBATE 2006.
[2] Ensayista, cuentista, traductor y co-editor de la revista Tierra prometida. En ésta recientemente coordinó un número consagrado a la obra de Jean-Paul Sartre.
[3] Furiati, Claudia, Fidel Castro, La historia me absolverá, ed. Plaza & Janés, primer pliego documental.
[4] Ramonet, Ignacio, Op. cit. , pp. 37
[5] Está ley autoriza la Residencia a cualquier ciudadano cubano que llegue a tierra estadounidense, la cual ha incentivado irresponsablemente la emigración clandestina.
[6] Sobre el particular vale la pena revisar el documental dirigido por Oliver Stone, Looking for Fidel.

4 comentarios:

Selene Veletti dijo...

Tu blog me ha parecido muy interesante.

Un saludo desde Culiacán.

Héctor Iván dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Héctor Iván dijo...

Selene, muchas gracias por tu comentario. He tenido la oportunidad de entrar a "Où se trouve l'amour? Je ne sais pas"; me ha gustado bastante. Qué casualidad, últimamente he estado en contacto con muchos amigos de Culiacán, la tierra de Inés Arredondo y, por supuesto, del enorme poeta Gilberto Owen. Mando muchos saludos a tu tierra. Por otro lado, me di cuenta de que das espacio a otros autores y no lo limitas a tu propia obra, eso habla de tu generosidad. Un saludo.

Lázaro Salvatierra dijo...

Subcomandante Héctor Iván:
Efectivamente, la partida del compañero Castro no hace más que garantizar el proceso revolucionario. Enhorabuena la salida digna del comandante, siempre imprevisible y calculador preciso de los tiempos.
Y bueno, una pregunta: ¿cuándo escribirás acerca de Jorge Ibargüengoitia?
Recibe un abrazo con mi emoción sincera: me honra ser tu amigo.